La interrupción involuntaria del embarazo es uno de los temas más delicados con los que nos encontramos los ginecólogos en nuestra consulta.
Muchas veces el desconocimiento de las causas, hace más duro el camino hacia la superación. En esta entrada os daré información sobre el aborto y los factores que con mayor frecuencia se relacionan con él, con el objetivo de que logréis comprenderlo y podáis seguir adelante.
¿QUÉ ES UN ABORTO?
En primer lugar os diré, que se llama aborto a la pérdida gestacional que se produce antes de la semana 22 de embarazo (sexto mes), o cuándo el feto tiene un peso menor de 500 gramos.
Entre un 10 y un 20% de los embarazos detectados acabarán en un aborto espontáneo, por lo que se trata de una situación que se da con relativa frecuencia. La mayoría de estos abortos se producen antes de la semana 12 de gestación (80%) y se les denomina precoces. El resto serían los tardíos, que son muy poco frecuentes.
PERO, ¿POR QUÉ SE PRODUCEN LOS ABORTOS?
Es muy común en mujeres que han sufrido la pérdida de un bebé en gestación preguntarse si son las culpables, si ¨aquel día que cogí más peso del que debía o mantuve relaciones sexuales¨ puede haber sido lo que provocó el aborto. En ocasiones llegáis a preguntaros incluso si se trata de una falta de compatibilidad con vuestras parejas. Y nada más lejos de la realidad, realmente las causas más frecuentes son las que os cuento a continuación:
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Anomalías congénitas en el feto
La mayoría de los abortos están causados por alteraciones cromosómicas (65%) o lo que es lo mismo, anomalías congénitas en el feto. Por ejemplo la trisomía del cromosoma 21 (Síndrome de Down) o la trisomía del cromosoma 18 (Síndrome de Edwards), se encuentran entre las más frecuentes. El estudio genético del embrión no suele hacerse, pero si se puede realizar un cariotipo a los padres mediante una analítica de sangre, para poder detectar posibles anomalías.
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Anomalías en la sangre de la madre
Otra de las causas, segundas en frecuencia, serían las alteraciones en la coagulabilidad (20%) como:
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El síndrome antifosfolípido, dónde la sangre tiende a coagularse formando trombos y otras complicaciones.
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El déficit de proteínas C/S/ antitrombina III, que son enfermedades hereditarias que dan alteración en la coagulabilidad.
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Mutaciones del gen MTHFR, que alteran el metabolismo del ácido fólico, esencial para el desarrollo del feto.
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Alteraciones del metabolismo de la homocisteína, que producirán problemas en el desarrollo del feto.
Para estos casos lo que se recomendaría es el estudio hematológico de la madre, para analizar su coagulación en busca de soluciones.
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Anomalías en el útero de la madre
Y con mucha menor frecuencia (15%), otras causas, podrían ser las patologías uterinas que dificulten el desarrollo del embarazo y el crecimiento fetal. Se trata de malformaciones uterinas como por ejemplo:
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El útero septo, que se encuentra “dividido” en dos cavidades impidiendo el desarrollo del embrión.
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Presencia de sinequias (adherencias) de las paredes uterinas.
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Pólipos endometriales o crecimientos benignos en la superficie endometrial, la capa más interna del útero, dónde se debe albergar al embrión.
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Miomas submucosos o tumores benignos que se forman bajo la capa mucosa del interior del útero.
En todos estos casos debería recurrirse a la histeroscopia (visualizar el útero por dentro) para obtener conclusiones.
Además, existen otras causas como diabetes, hipotiroidismo, hiperprolactinemia o infecciones que podrían estar relacionadas con la interrupción de embarazo.
¿QUÉ PUEDO HACER, DÓNDE VOY?
Lo primero que debéis tener claro es que es frecuente abortar. Se trata de un tema muy difícil por lo que se encuentra muy silenciado socialmente, incluso dentro de la misma familia. Por eso es posible que os sintáis solas, pero realmente no es así.
Debéis acudir al ginecólogo ante cualquier sangrado en primer trimestre para que os realice una ecografía transvaginal y escuche el latido fetal. Es importante que allí os sintáis cómodas y podáis expresar vuestros miedos. Como ya he mencionado, es frecuente abortar, aunque no es algo que las personas suelan contar. Por otra parte, es poco frecuente que vuelva a sucederos, no tenéis más probabilidad de abortar en el futuro, por haber tenido un solo aborto previo.
No quiero terminar esta entrada sin recalcar que un aborto es una pérdida y un impacto emocional muy fuerte, porque no se pierde solo un embarazo, sino también las ilusiones que despierta el futuro bebé.
En el momento en que las mujeres sabemos que estamos embarazadas, creamos un vínculo con nuestro hijo. Nos sentimos madres, empezamos a cuidarlos evitando todo aquello que pueda perjudicarles, y a imaginar su crecimiento en nuestro vientre, su nacimiento e incluso su cara.
Todas estas sensaciones son reales, y por tanto el sentimiento de pérdida es intenso y doloroso. No exagero cuando digo que es necesario pasar por un duelo tras un aborto.
Es importante que os permitáis sentir las emociones que os genere esta situación, que paséis el duelo con vuestra pareja y cojáis fuerzas para vuestro próximo embarazo, que será normal y traerá de nuevo la ilusión a vuestras vidas.
Si te interesa este tema no dejes de visitar mi blog, pues iré ampliando la información sobre el aborto hasta poder resolver todas tus dudas. Además puedes preguntarme lo que quieras en los comentarios en esta misma entrada.
Un beso y mucho ánimo, ¡Vas a poder con ello!
Fuente de la imagen: mexicofertil(.)com
3 comentarios. Dejar nuevo
He sufrido un aborto retenido hace tres semanas, estaba de 11 semanas de gestación, después de la revisión post aborto me dicen que espere una regla y lo vuelva a intentar. Ya tengo un hijo de 8 años. Y me da miedo por si vuelve a pasar pues ya tengo 40 años. El artículo del blog está muy bien explicado. Es algo frecuente de lo que poca gente habla. Un saludo
Muchas gracias Gema,
Un beso enorme,
Alicia